Juan Vázquez Menor

Artesano de Temalacatzingo Guerrero, trabaja el bule, cortado, pintado a mano y barnizado con aceite de chía.

Guardian de tradiciones ancestrales, es mediante el Tezicaltetl (nahuatl) -instrumento que se usa para compactar el aceite de chía- que realiza el pintado de sus artesanías. El amor y el cuidado en cade detalle, hacen que sus productos sean de calidad y belleza incomparable.

El uso de la planta de Chía (en nahuatl se dice Chian, que proviene de la palabra chiahuak que significa grasa porque la planta es grasosa y contiene omega 3), proviene desde los antepasados de Juan, que lo utilizaban como remedio natural. Hoy en día, su uso artesanal en es una característica única en las artesanías que produce.

Juan aprendió a hacer artesanía a la edad de 12 años, siendo huérfano de padre a los 6 meses, y gracias a que su madre, Doña Carmen Menor Ortiz dedico su vida a la enseñanza y herencia del oficio.

Debido a que la técnica de pigmentación natural es de alto grado de dificultad y a que la artesanía está muy mal pagada en el mercado del municipio Olinalá, Guerrero, Juan y su comunidad han hecho un gran esfuerzo por promocionar sus productos en el mercado nacional e internacional, logrando reconocimiento a nivel mundial como pueblo o  municipio artesano.

Desgraciadamente y ante la falta de apoyos gubernamentales, estas artensanias de alto valor no han podido cruzar fronteras y establecerse formalmente como un  producto de exportación y de alta calidad.

El detalle en cada pieza es mediante el tlamachijchijtle. La aplicación de los pigmentos naturales siempre es un trabajo que hacen dos personas para avanzar más, y una pieza se puede repetir varias veces. Para hacer un buen barniz, siempre es necesario trabajar en un equipo familiar. El nombre tlamachijchijtle que significa hecho a mano en náhuatl. Esta técnica es única en el mundo.

Sin embargo, las artesanas y artesanos como Juan no están exentos al cambio climático. La tala desordenada e ilegal ha ido acabando de a poco con los árboles y los esfuerzos gubernamentales para revertir la situación

Desde 1980 y por cuenta propia, Juan decidió firmar las piezas que contienen 100% pigmentos naturales, para diferenciarlas de artesanías que están usando aceite de linaza; esta técnica permite que las piezas conserven su colorido a través de los años, transmitiendo nuestra cultura ancestral.